“I remember damage
Then escape
Then adrift in the strangest galaxy for a long time
But it’s safe now
I found it again
My home
I have found you nine times before, maybe ten
And I’ll find you again
I find you because I know, and I know you because we are the same
I have a job to do
I still have a job to do”.
Cómo resonamos. Nos expandimos a través del tiempo, nuestros actos y nuestras obras, nuestros errores y nuestras palabras.
Hace mucho tiempo quería escribir una historia que fuera de personaje en personaje y se viera como se enlazaban entre sí. Era una idea muy simple, yendo del punto A al B sin profundizar demasiado: personaje hace algo a otro, ese otro conoce a alguien más, y ese alguien se encuentra con el primero, algo así. Directo, lineal, fácil. Ahora entiendo realmente lo que intentaba buscar: lo que Station Eleven ha hecho con el tejido de sus protagonistas. El verdadero círculo de reacciones, los grados de separación, la onda que se expande y expande y abarca con su oleaje todo el paisaje (la mariposa que bate sus alas).
Unas llaves olvidadas, un bastón, un cuchillo, un cómic, una obra de teatro, una niña. El paralelismo se maneja de una manera preciosa, construyendo lentamente cada imagen, bebiendo de cada personaje, tomando pedacitos de aquí y allá: estamos hechos de los demás. Todo se hila gráficamente por una historia espacial que empieza siendo una mera herramienta del fondo hasta que ves el resonar de la obra tras los años y cada persona que la lee.
¿Y los silencios? Station Eleven cumple de sobras el “enseña, no cuentes”, por que incluso en las escenas sin diálogo los gestos de los personajes, el juego de luces o el enfoque te llegan al alma. No hace falta un fin del mundo trágico de constante tragedia, lleno de dolor, de lucha hacia la supervivencia, aquí hay esperanza: hay una sociedad nueva que se forja con la fortaleza de cada individuo. Cada capítulo un abrazo, una punzada, una ola de nostalgia, "love is a calamity" y esperanza porque es lo que nos queda ante todo.
Lo que he llorado con esta historia no tiene medida: de alegría, de nostalgia, de pura cautivación por lo increíble de las interpretaciones, de sentir tantísimo, de saber que algo inherente en mí ha cambiado y llevará consigo esta serie.
Publicar un comentario